sábado, 12 de noviembre de 2016

UN ARBOL JUNTO AL TIBER, CAPITULO 5 ( fan fic Leario)

 

VIENE DEL:  CAPITULO 4

ATENCION: ESTE POST CONTIENE ESCENAS DE SEXO EXPLICITO Y LENGUAJE ADULTO +18. CLASIFICACION POR DESCARGO R.

 
CAPITULO 5

Leonardo recogió las llaves y el mapa sonriendo pero algo en la voz del conde lo hizo mirarlo.
Aunque le daba la espalda, Leonardo pudo darse cuenta de la gran desolación que sentía Riario. Sus músculos temblaban por la  tensión y los espasmos de su cuerpo lo traicionaban y el artista se sintió mal a pesar de haber conseguido su objetivo.
Sabía que sus palabras eran la causa de la agonía de pena y rabia que sentía el conde y sin darse ni cuenta empezó a andar hacia Girolamo.
En  su cabeza pudo oír perfectamente la voz de Zo diciéndole que dejara de hacer el imbécil, y saliera de Sant Angelo perdiendo el culo antes de que esa jodida serpiente le echara a toda la guardia vaticana encima, pero en esos momentos el no vio a ninguna serpiente. Vio  a un hombre derrotado y herido, intentando controlar los espasmos que le provocaban el llanto que pugnaba por salir y por primera vez vio al Girolamo que habitaba bajo la piel del siniestro conde de Imola.

Cuando llego a él, se posiciono a su espalda y posando una mano en la cintura desnuda del conde,  acaricio su costado con su mano abierta, bajando hacia las cicatrices pálidas que rodeaban su piel.

-Soy un imbécil, Girolamo… Lo siento.

UN ARBOL JUNTO AL TIBER, CAPITULO 4 (fan fic Leario)

VIENE DE: CAPITULO 3

ATENCION: ESTE POST CONTIENE ESCENAS SEXUALES Y LENGUAJE ADULTO +18. CLASIFICACION POR DESCARGO: R

CAPITULO CUATRO

Riario contuvo el aliento, sintiendo como el acero acariciaba su garganta y como los labios de Leonardo acariciaban el lóbulo de su oreja y lejos asustarse, el conde suspiro, soltando una breve risa.

-Artista… Que visita tan grata… De saber que venias, habría dispuesto una acogida mas satisfactoria para ti.

Da Vinci frunció el ceño confuso al ver la reacción del conde y trago saliva cuando Girolamo echo la cabeza hacia atrás y giro la cabeza un poco, como si buscara sus labios.

Sin poder evitarlo, los ojos de Leonardo  miraron el cuerpo que yacía en la bañera, y trago saliva al ver como el agua lamia el amplio pecho desnudo.

Da Vinci deslizo la punta del cuchillo por la línea que bajaba por el pecho del conde hacia los marcados abdominales y contuvo el aliento al ver como el endurecido miembro de Girolamo pegaba una sacudida.

-La visita me es grata, pero no veo por ninguna parte algo que me pertenece, Girolamo y he venido para llevarme lo que es mío.

Riario no pudo evitar reír y se arqueo hacia adelante, dispuesto a comprobar hasta donde podía llegar Leonardo.